Surge como barrio obrero
anexionado al corazón de la ciudad. Södermalm se eleva decenas de metros sobre el nivel del agua, imponiéndose sobre el
resto de la ciudad y ofreciendo visuales singulares a lo largo del recorrido
por el distrito. En muchas de sus calles perduran casitas de madera, lo que
convierte a Södermalm en el barrio más característico de Estocolmo. Se puede
considerar, al igual que pasa con el barrio de Gracia, una ciudad en sí misma.
Goza de un ambiente muy característico en sus calles y aquellos que pertenecen
a la “localidad” se identifican con un dialecto propio. “Soder”, apodo que
recibe la isla, se considera el barrio bohemio de la ciudad y con mayor
intercambio cultural. Predomina la gente joven y con ello va de acuerdo también
el tipo de comercio y bares que han surgido. Se concentran aquí las tiendas y
mercadillos de segunda mano que salen a la calle cuando el tiempo lo permite y
poder así celebrar el fin del invierno. Los bares de la zona son conocidos por
su cerveza barata y el poder disfrutar de las pequeñas plazas que te vas
encontrando y que van incorporando al un agradable paseo en el que un sin fin
de escaparates atractivos y curiosos van llamando la atención del espectador. Música,
ropa, muebles y libros son los protagonistas de este escenario y el principal
atractivo para un público internacional que viene con el interés de descubrir
las innovadoras sutilezas que esta ofreciendo a día de hoy la “movida” sueca.