jueves, 28 de junio de 2012

Estocolmo // Barcelona


Dos morfologías opuestas de ciudad siendo los limites naturales los que acotan el territorio urbano. La capital del norte se dispersa por el agua mientras que la ciudad condal simplemente la abraza. Estocolmo está formada por 14 islas y 57 vías de enlace entre ellas. Cada isla tiene su función y contenido y es así como se organiza la ciudad a diferencia del modelo común de ciudad que se divide en barrios limitados por líneas “imaginarias” dentro de un complejo compacto. La transición de un barrio a otro en paulatina ya que dispones de un margen de recorrido que hace evidente el paso de un distrito a otro. Los granates y ocres de las fachadas separadas por estrechas calles adoquinadas van desapareciendo a medida que te adentras en la ciudad y te alejas de la isla mas antigua. La topografía de las  islas también va marcando sus diferencias siendo algunas de agradable paseo y otras impidiendo un fácil descubrimiento de su interior. No solo el salto entre las partículas hace interesante la exploración de la ciudad en un mismo momento sino que la transformación que sufre con el paso de las estaciones reafirma su belleza. El invierno tiñe todo de blanco contraponiéndose a la oscuridad del día, la primavera tapiza el paisaje con una vegetación exuberante, el verano permite el disfrute de las aguas descongeladas mientras la luz invade la noche hasta que llega el otoño, que unifica fachadas y vegetación con granates y ocres hasta cubrirse de nuevo de la capa monopolizadora del invierno.