miércoles, 11 de abril de 2012

Áreas protegidas para todos los gustos

Hace unos días, fuimos a visitar el Parque Natural de Collserola. En un primer momento, no me atreví a hacer comparaciones con México, porque pensé que no había ningún parque protegido con características similares a el pulmón de nuestra ciudad.
Luego, le dí otro enfoque, y llegué a la conclusión que en la gigantesca Ciudad de México también se hizo el esfuerzo de preservar esas zonas con un alto interés natural. Se protegieron especialmente de las invasiones urbanas que van ocupando cada día más y más territorio natural de la ciudad, de manera informal, desordenada, y sin contar con los recursos mínimos para vivir dignamente.

Encontré esta imagen, dónde se marcan las Áreas Naturales Protegidas. Obviamente no son las únicas áreas naturales que quedan dentro los límites del Distrito Federal, pero son las que tienen una regulación especial en cuanto a sus usos y actividades dentro de ellas.


Voy a explicar más detalladamente algunas de estas zonas, para que os hagais una idea de la variedad que podemos encontrar.

  • El Desierto de los Leones no es un desierto, es un bosque de 1500ha. Es una de las principales reservas ecológicas con las que cuenta el Distrito Federal. Dentro del parque se encuentra un centro de visitantes y un ex-convento de frailes carmelitas descalzos que puede ser recorrido. Cuando yo estuve allí, tuve la sensación que olía como Collserola

  • Los Ejidos de Xochimilco tienen particular importancia por la existencia de las chinampas. Son el testimonio de una antigua técnica agrícola mesoamericana que fue desarrollada y compartida por varios pueblos del valle de México. Los canales y las barcazas que circulan por ellas son uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad. En este caso estan protegidas 2600ha.
  • Por último destacar una de las áreas más pequeñas (584ha) declaradas ANP: el barrio histórico de Coyoacan: tiene una interesante historia a nivel nacional por haber sido la primera población del interior en la que estuvieron establecidos los Poderes del Gobierno Colonial de la Nueva España y también fue donde se estableció el primer gran Vivero de Arboles de la República, cuyas plantas se propagaron por todo el país