Santiago de Compostela, mi ciudad
natal, capital de Galicia, resulta una ciudad misteriosa y llena de leyendas
incluso para sus habitantes.
Situada entre el monte Pedroso,
el montse Viso y las Ríos Sar y Sarela siempre tuvo un aura mágica de inicios
inciertos. En el territorio que ocupa actualmente la catedral de Santiago
existía un poblado Romano entre los siglos I y V, el poblado acabó por desaparecer
permaneciendo únicamente la necrópolis.
No fue hasta mediados del siglo
IX que se encontraron los restos del Apóstol Santiago, la leyenda cuenta que el
hermita Paio alertado por luces nocturnas que se producían en el bosque de
Libredón avisó al obispo de Iria Flavia, y estas los condujeron a los restos de Santiago el Mayor y dos de
sus discípulos. A partir de este momento se estableció en la zona un grupo de
monjes custodios del sepulcro que poco a poco fueron atrayendo alrededor del
monasterio pequeños grupos de población. El nombre de Santiago de Compostela viene
de la leyenda de su descubrimiento Santiago por los restos del apóstol y Compostela
de campus estellae o campo de estrellas
El lugar cobró gran importancia
en la edad media debido a las crecientes peregrinaciones y debido a la perdida
de poder Roma y la imposibilidad de viajar a Jerusalén, en posesión de los
musulmanes; así Santiago de Compostela llegó a rivalizar con estas dos grandes
ciudades como nuevo centro mundial de la cristiandad.
Un privilegio especial también
logró atraer a multitud de viajantes, el Ordoño por el cual cualquier persona
que se estableciera por mas de cuarenta días en Santiago sin ser reclamado como
siervo pasaba a ser considerado un hombre libre con derecho a residir en Compostela.
En verdad como cualquier ciudada
del mundo se podría estar hablando toda una vida de ella sin acabar de
conocerla del todo pues desde su pasado celta hasta la actualidad esta ciudad
ya contempló mas de 30 siglos.
Santiago de Compostela, una
ciudad bañada por un aura de misterio, en la actualidad sigue siendo una ciudad
dinámica con un gran ambiente universitario, pero siempre vieja, siempre
evocadora, su casco antiguo aun reserva muchas sorpresas para aquellos, que sin
importarles las constante lluvia, estén dispuestos a descubrirlos.