Santiago de Compostela pese a ser una de las ciudades con mayor
numero de espacios verdes, no cuenta con parques tan extensos como pudiera ser
el de Collserola, pero en los últimos años se está llevando a cabo una serie de
proyectos que pretenden acabar con esto. Muchos son los que critican el
aislamiento de los distintos parques Santiagueses y por ello se pretende crear
una continuidad entre todos ellos, creando una serie de itinerarios verdes y
corredores para conseguir una serie de coronas verdes de recorridos de más de
21km.
El Itinerario verde pondrá en contacto todos los espacios
verdes, pero también pondrá en relación estos con sendas rurales y forestales y
con los diferentes Caminos de Santiago, que facilitará el diálogo e integración
de la ciudad con su entorno natural.
Cada parque, cada rincón de Santiago tiene su carácter e
historia propia que se pierde en la noche de los tiempos. Pero si tuviera que
elegir alguno, y no sería fácil, me decantaría por el de San Domingo de
Bonaval.
La euforia de Bonaval es el verde césped y el agua que llueve
sobre Compostela, el viento en los árboles y el silencio en el camposanto.
Quizás por eso colocó aquí Chillida la escultura titulada "La puerta de la
música".
Cada vez que me adentro en Bonaval siento la antigüedad del
lugar, se aprecia el paso del tiempo en sus ruinas, en sus nichos, en sus
arboles centenarios, que poco a poco, surgen de la nada.
Antigua huerta de San Domingos organizada en terrazas con
viejos elementos arquitectónicos como muros, algunos de considerable altura,
fuentes y riego, escaleras y algunas runas de estética romántica.
En la parte más elevada se ubica la carballeira transitada por caminos de trechos empedrados, umbríos y solitarios. Entre los árboles existe una pequeña cueva de la que parece surgir un manantial. El bosque está vallado y en un hermoso y a la par que sencillo juego de puertas se comunica con otras terrazas desarboladas en largas extensiones de hierba.
En la parte más elevada se ubica la carballeira transitada por caminos de trechos empedrados, umbríos y solitarios. Entre los árboles existe una pequeña cueva de la que parece surgir un manantial. El bosque está vallado y en un hermoso y a la par que sencillo juego de puertas se comunica con otras terrazas desarboladas en largas extensiones de hierba.
La parte principal del parque es el antiguo Cementerio,
clausurado y sin osarios. La disposición de los nichos apiñados en sentido
longitudinal y que resulta extraña con criterios actuales de aprovechamiento
del espacio crea largas hileras resaltadas por la solución de sellar todas las
oquedades en color blanco.
Es un lugar donde lo nuevo y lo antiguo, lo conocido y lo
olvidado, lo vivo y lo muerto se dan la mano. En el mismo recinto se encuentra
el CGAC (Centro Galego de Arte Contemporáneo) de Álvaro Siza, que dialoga con
el monasterio de Santo Domingo de Bonaval, con la iglesia y el claustro, este último
panteón de gallegos ilustres.
Santo Domingo de Bonaval tiene la virtud de transformarse a si mismo
a lo largo de las estaciones modificando la ciudad, coloreándola en otoño,
desnudándola en invierno, iluminándola en primavera, asombrándola en el verano;
invadiéndola con olor a tierra mojada, de la yerba acabada de cortar, de las
plantas que florecen y es sin lugar a duda el mejor salón desde el que
contemplar Compostela.