Estamos
en una época con una gran tendencia a “robar” espacios a la ciudad con
finalidades culturales. Este hecho, junto con una gran defensa de los conjuntos
fabriles, da como resultado grandes equipamientos.
Se
trata de espacios que permiten la adopción de diferentes usos al largo del
tiempo, gracias a sus grandes luces estructurales, las grandes oberturas, las alturas
importantes y la repetición de sus elementos estructurales permitiendo una
posible modulación.
Es
el caso de la fábrica Fabra i Coats en el barrio de Sant Andreu, o de la fábrica
Roca Umbert en Granollers.
Fábrica
Fabra i Coats
Fábrica
Roca Umbert
En
los dos casos, tenemos un conjunto fabril en proceso de rehabilitación, para
convertirlo en lo que ya conocemos como “fábrica de creación”, centros culturales
destinados a la producción, formación y difusión de la creación artística.
Cambiamos
los ovillos, el algodón y los telares por la cultura, la participación en el
arte, la creación, el pensamiento y las nuevas tecnologías, siendo estas ahora
las materias primeras. Materias primeras que podrían combinarse y entrecruzarse
para experimentar en todos los campos de la creación, gracias a la convivencia
de todos ellos en un mismo lugar.
Esta
es la finalidad de estos equipamientos. La singularidad y la innovación de
estos espacios proviene justamente de la convivencia en un mismo lugar de
artistas, profesionales de la cultura, de la comunicación y de las tecnologías,
la cual cosa permitirá la cooperación y el intercambio constante de
conocimientos y prácticas entre ellos.
Encontramos
muchas semejanzas entre estos dos proyectos. Como ya he dicho con anterioridad,
los dos casos están aún en fase de rehabilitación. Fabra i Coats dispondrá de
12.00m², mientras Roca Umbert dispondrá de unos 16.000m². El programa también es parecido, incorporando
ya en los dos casos bucs de ensayo para músicos, espacios polivalentes, etc.
Fábrica
Fabra i Coats:
Fábrica Roca Umbert:
Es
importante destacar que estos proyectos también influyen de forma urbanística en
la ciudad, cediéndole nuevos espacios. En el caso de Granollers, la creación de
este nuevo equipamiento supone la apertura y la urbanización de los espacios
del recinto, ganando nuevas calles y plazas para los ciudadanos.