Los límites del parque son el valle inferior del Baix Llobregat y el mar Mediterráneo por un lado y la depresión del Penedès por el otro. A lo largo de sus cerca de 13.000 hectáreas podemos observar un paisaje totalmente original, con relieves bajos y de cimas redondeadas, valles profundos y escarpadas vertientes.
A lo largo del tiempo, el macizo del Garraf ha sido utilizado por el hombre con fines muy diversos. A pesar de haber vestigios muy antiguos de presencia humana, solo a partir del siglo XVIII tuvo lugar un notable aumento de población, acompañado de una gran expansión del cultivo de la viña y del trigo. En la actualidad coexisten las actividades de ocio con las de extracción de las pedreras y las cementeras, a la vez que surgen nuevos equipamientos culturales y sociales destinados a acercar al público este espacio natural.