Como cualquier obra
urbana contemporánea, un polígono residencial es un complejo residencial cuya
definición exacta es difícil de juzgar en pocas palabras. Los polígonos
residenciales son típicamente grandes conjuntos de vivienda colectiva, a menudo
en grandes cantidades (varios cientos o miles de unidades), construidos entre
mediados de los años 1950 y mediados de los años 1970. Están marcados por
barras urbanas y torres inspiradas en los preceptos de la arquitectura moderna,
Le Corbusier en la elaboración del Plan Voisin nos ofreció la imagen futurista de
lo que pueden ser los grandes polígonos residenciales que hoy conocemos.
Después, se permitió el
acceso a la arquitectura moderna y esto representó una revolución tanto en el
campo de la arquitectura como del urbanismo. Este movimiento representa un
desarrollo urbano con varios edificios separados y en forma de barras o torres,
construido sobre una masa constituyendo una unidad de diseño. La mayoría de
proyectos fueron de viviendas, pero la diversidad de programas que pueden
ofrecer los polígonos residenciales hace que pueden vivir como una
especie de vida independiente de la ciudad.
Algunos geógrafos y
sociólogos consideran los polígonos residenciales en desacuerdo con el tejido
urbano existente. A menudo han sido criticados y más tarde se hicieron los programas
de planificación para completar la ruptura con los principios de los polígonos
residenciales. Sin embargo, hoy en día siguen estando a la espalda de nuestro
patrimonio urbano.
El barrio de Montbau de
Barcelona es una de esos polígonos residenciales. Fue inaugurado en 1960 y
cambió el panorama de la ciudad. Fue el objeto de una primera fase de
construcción en 1958 y luego una segunda en 1961. En la década de 1970 en la
ciudad de París el paisaje también cambió con la aparición del distrito de
Beaugrenelle en las orillas de la Seine, en el distrito 15. Estos dos barrios
me recuerdan directamente el uno al otro: no son únicamente proyectos de
vivienda a grande escala, sino que dan a la ciudad de Barcelona y a la de París
una identidad única.
Estos dos lugares son
lugares de vida donde los habitantes pueden vivir juntos: ofrecen un carácter
de día a día de barrio diferente de la de otros distritos, que se podría llamar
clásico. Montbau surge en la llanura de la ciudad de Barcelona y comienza a
colonizar la montaña con grandes torres residenciales y elementos de relación,
cómo bares. Su singular geografía le da a este lugar una atmósfera especial:
las plazas y calles permiten la mayor parte del tiempo ofrecer un lugar público
de estar en la ciudad. Al igual que en Beaugrenelle hay un nivel fantástico de
juego.
El distrito
Beaugrenelle no logra esto de la misma manera debido a los niveles: esta parte
de la ciudad no tiene ninguna significación particular, es directamente en su
organización interna que establece los niveles de paisaje. Beaugrenelle es un
ejemplo de la arquitectura de la plataforma. Este distrito opera en una
circulación horizontal doble: un primer movimiento que se encuentra a nivel de
la calle debajo de la plataforma con los vehículos y peatones, y el segundo es
en la parte superior de ésta. El primer diseño en plataforma fue demasiado
permeable y la vida del barrio no funcionó bien, es por eso que en los últimos
años se puso en marcha una nueva reestructuración de la zona, con la
modificación de esta plataforma. Hoy en día es más amplia y luminosa, ya que
permite, como en Montbau, perspectivas sobre la ciudad. La reunión de la ciudad
baja y de la ciudad alta se hace realemente ahora y por lo tanto permite a los
diferentes programas servir mucho mejor a la vida del barrio.
Montbau y
Beaugrenelle son para mí algunos de los entornos urbanos que ofrecen una unidad
destacada y poco convencional.