Castelldefels es la ciudad que comentaré en el blog a lo largo de estos meses, el lugar donde vivo.
Aunque está considerada como ciudad, ya que tiene unos 60.000 habitantes, los que vivimos allí seguimos pensando en ella como un pueblo. Está a solo 20 minutos de Barcelona y sus límites están muy marcados, a norte por el Parque Natural del Garraf y a sur por el mar Mediterráneo, algo que he querido representar en este pequeño croquis.
La ciudad queda dividida de una manera clara por la mitad debido a las vías del tren, la autopista y la autovía, diferenciando Castelldefels playa del resto de la ciudad.
La playa es uno de los mayores atractivos que tiene debido a la proximidad de la ciudad con Barcelona y a que es una de las más extensas, además cuenta con un puerto deportivo. Antiguamente, en la propia arena, había lo que se llamaba la Pineda, grandes extensiones llenas de pinos que separaban la playa de las calles. Allí la gente solía reunirse y comer los domingos con la familia y los amigos. Desde hace unos años la superficie de la Pineda se ha reducido muchísimo debido a la construcción del Paseo Marítimo que recorre actualmente toda la costa. Ahora las familias pasean por aquí y es habitual que durante los fines de semana de invierno y en verano esté lleno de gente.
El ciudad tiene su centro en la plaza de la Iglesia, que data de 1903, y donde también se encuentra el edificio del Ayuntamiento. Esta amplia plaza y la Avenida Santa María que la une con la estación, son el lugar de mayor actividad y donde se celebran fiestas, verbenas, desfiles y ferias.
El Castillo es otro de sus atractivos, situado en la cima de una montaña se construyó en 1550 anexionando una iglesia existente del siglo X. Desde aquí se tienen unas vistas increíbles de toda la ciudad, pero también del mar bañando la playa, las montañas que limitan e incluso de los pueblos vecinos hasta Barcelona.
Castelldefels sigue creciendo en dirección norte y oeste trepando por la montaña hasta llegar a los límites del Parque Natural del Garraf.
