Al caminar por el 22@ de
Barcelona y sobretodo por el nuevo tramo de Diagonal no pude evitar
relacionarlo con Potsdamer Platz de Berlín. Y aunque Potsdamer Platz sea más
una plaza que un barrio de la escala de Poble Nou, ambas intervenciones proponen
una transformación similar.
Sin embargo, por la
historia de Berlín, la evolución de Potsdamer Platz no tiene nada que ver con
la del 22@. Hasta el siglo XVIII, Potsdamer platz no era más que un cruce de
vías que empezó a obtener importancia con la construcción de la estación
ferroviaria. Hasta finales de los años 1920 el flujo de transito y la actividad
de este punto fue en aumento. Se trataba de uno de los cruces más transitados
de Europa y con más vida nocturna de la ciudad.
Pero al final de la
Segunda Guerra Mundial, en 1945 la plaza estaba prácticamente destrozada
Sin apenas tiempo de recuperación se
levantó el muro de Berlín, que pasaba por Potsdamer Platz, lo que conllevaba
que todos los edificios a menos de 22m del muro fuesen derribados. En solamente
40 años, Potsdamer Platz había pasado de ser un importante centro de actividad
a ser una frontera, un “no-lugar” y lo seguiría siendo hasta la reunificación
de Alemania en el 90. Es entonces cuando se volverá a pensar en Potsdamer Platz
como un lugar para ser ocupado.
En 1996 se volvió a empezar de cero, aprovechando los grandes espacios
vacíos que dejaba la historia de la ciudad. Debía ser un lugar entre Berlín este y Berlín oeste. Se pensaba en un tejido tradicional
de Berlín siguiendo un estilo de arquitectura postmoderna, pero los inversores
apostaron por un proyecto alternativo de Renzo Piano y Rafael Moneo que introducía
el concepto de “Ciudad para el siglo XXI”.
Es un barrio que genera mucha actividad en el centro de la ciudad, formada
por hoteles, edificios de oficinas, edificios de viviendas, centros comerciales
y culturales, de autores como Rafael Moneo, Renzo Piano, Hans Kollhoff, Arata
Isozaki o Richard Rogers. En este
sentido los barrios del 22@ y el Potsdamer Platz guardan cierta relación. Sin
embargo el conjunto de Potsdamer Platz ha apostado por el consumo y la
exclusividad atrayendo solamente a turistas o usuarios con mayor poder
adquisitivo.
“El conjunto cubierto de la plaza Sony de Potsdamer Platz, con su gran
atrio cubierto, crea una simulación de diversidad urbana interior basada
exclusivamente en el consumo y que prohíbe casi todos los usos lúdicos no
consumistas, los derechos civiles y comunitarios del espacio público. Con unas
estrictas reglas de uso del llamado espacio público – que en realidad no lo es
-, el conjunto tiene muy pocos puntos de acceso y se han diseñado sutiles
barreras urbanas (setos estanques de agua, bancos o vallas) que impiden el
acceso al conjuto de la Potsdamer Platz desde el Kultur Forum” J.M Montaner